La Verdad que Libera - Enseñanza Crística Contemporánea - Cátedras Crísticas
el libro de la verdad
MAESTRO, ¿QUÉ PASÓ EN TI DESPUÉS DE QUE EL CORAZÓN DEJÓ DE LATIR Y DE RESPIRAR EL CUERPO Y LO LLEVARON AL SEPULCRO?
23 Nov 16 - 11:46
MAESTRO, ¿QUÉ PASÓ EN TI DESPUÉS DE QUE EL CORAZÓN DEJÓ DE LATIR Y DE RESPIRAR EL CUERPO Y LO LLEVARON AL SEPULCRO?
La sabiduría es la espada luminosa que te protege y te hace revolucionario de ti mismo.
El agua que Yo os doy es para vuestro espíritu, para vosotros, para que no mueras jamás, para que hoy mismo te des cuenta que eres eterno, son eternos.
Yo os les digo allí no rige ni la salvación ni el infierno, sino que las dos cosas están en vuestro corazón; cuando digo en vuestro corazón no me refiero al corazón de vuestro cuerpo, me refiero al centro de ti como SER, tú como SER, a tus sentimientos, a tu alma.
Si vosotros me preguntas: ¿Y dónde iremos cuando muramos? Yo os les digo a ningún lado, solamente estarás, estarán frente de ti todas tus obras y lidiarás con todas tus obras.
Pero esto no quiere decir que te vas a otros lugares, no, siempre estás en la tierra, porque esta tierra es tu heredad, es la heredad que dentro de ti está Dios, está Jehová en ti mismo, está el Creador y la ha hecho justamente para vosotros.
Yo os te dije: “No hay más juez en la tierra más que tú mismo” Y ciertamente solo tú conoces tu vida, solo tú sabes quién eres, cómo eres, qué has hecho, qué no has hecho, solo tú sabes tu camino nadie más. Por eso les digo cuídense, cuídense, pero no de nadie, recuerda bien que no hay juez para ti, solo tú mismo eres tu propio juez. Pues cuídate para que no llores, no gimas de dolor más adelante; entonces tu mundo se vuelve infierno, tu mundo interior.
Yo no les he de mandar a ningún mundo, porque este es tu mundo, hermanos, esta es tu tierra, este es tu campo de experimentación.
Yo jamás he partido de esta tierra, lo único que sí había de pasar pasó, es de volver a mi origen y es dejarles la lección para que no estuvieras sin Ley. Lo que viste fue que Yo pude desintegrar esa energía que Yo mismo había plasmado que era mi cuerpo y lo desintegré otra vez y lo convertí en energía pura otra vez.
Yo ya vine, estuve con vosotros y compartí el momento en un cuerpo y estuve y les hice saber que dentro de este mundo hay otro Mundo que es el propio de vosotros, es lo que tú eres y que son el poder, pero vosotros no se dan cuenta.
A eso vengo hoy en estos tiempos a seguirles liberando, a seguirles haciendo conscientes, a rescatarles dentro de los escombros y hacerles comprender que vosotros son la vida, que puedes hacer todo solamente venciéndote a ti mismo.
Hermanos míos, vuestra misión siempre es cambiarlo, cambiar el no puedo en yo puedo, cambiar el no hay en la abundancia, sí, mis queridos hermanos. ¿No es eso lo que Yo os vine a enseñar? ¿No es eso lo que aparece en los libros?
Benditos sean, hermanos, porque tienes esa sabiduría que te hace fuerte si la tomas, porque es la medicina perfecta para tu SER, es la medicina perfecta. ¡Pero ay si no la tomas! siempre estarás enfermos, siempre batallarás, ¡ay de vosotros, hermanos!
Búsquense más y más, escudríñense más a fondo y sepan que vosotros eres el deudor y que tienes que cambiar las cosas para ser libres y sean libres, hermanos. ¿O has pensado que otro vendrá a liberarte? ¿Otros vendrán a liberarte? No, eres tú, eres tú mismo quien debes conocerte a ti mismo, saber que eres Dios y que no necesitas de nada, solo de ti mismo.
Maestro, hoy nuevamente nos recordaste que tú integraste y desintegraste tu cuerpo. ¿Podrías detallarnos qué pasó en ti después de que el corazón dejó de latir y de respirar el cuerpo y lo llevaron al sepulcro?
En verdad, en Mí no pasó nada, lo único que Yo hice, hermanos míos, fue convertir otra vez, hacer tangible, volver integrar la energía que Yo había hecho visible, la vuelvo a desintegrar y hacerla totalmente en Mí.
El texto completo de esta cátedra Crística lo encontrarás en: Menú-Descargas [20161016] de la página web: www.laverdadquelibera.mex.tl
La sabiduría es la espada luminosa que te protege y te hace revolucionario de ti mismo.
El agua que Yo os doy es para vuestro espíritu, para vosotros, para que no mueras jamás, para que hoy mismo te des cuenta que eres eterno, son eternos.
Yo os les digo allí no rige ni la salvación ni el infierno, sino que las dos cosas están en vuestro corazón; cuando digo en vuestro corazón no me refiero al corazón de vuestro cuerpo, me refiero al centro de ti como SER, tú como SER, a tus sentimientos, a tu alma.
Si vosotros me preguntas: ¿Y dónde iremos cuando muramos? Yo os les digo a ningún lado, solamente estarás, estarán frente de ti todas tus obras y lidiarás con todas tus obras.
Pero esto no quiere decir que te vas a otros lugares, no, siempre estás en la tierra, porque esta tierra es tu heredad, es la heredad que dentro de ti está Dios, está Jehová en ti mismo, está el Creador y la ha hecho justamente para vosotros.
Yo os te dije: “No hay más juez en la tierra más que tú mismo” Y ciertamente solo tú conoces tu vida, solo tú sabes quién eres, cómo eres, qué has hecho, qué no has hecho, solo tú sabes tu camino nadie más. Por eso les digo cuídense, cuídense, pero no de nadie, recuerda bien que no hay juez para ti, solo tú mismo eres tu propio juez. Pues cuídate para que no llores, no gimas de dolor más adelante; entonces tu mundo se vuelve infierno, tu mundo interior.
Yo no les he de mandar a ningún mundo, porque este es tu mundo, hermanos, esta es tu tierra, este es tu campo de experimentación.
Yo jamás he partido de esta tierra, lo único que sí había de pasar pasó, es de volver a mi origen y es dejarles la lección para que no estuvieras sin Ley. Lo que viste fue que Yo pude desintegrar esa energía que Yo mismo había plasmado que era mi cuerpo y lo desintegré otra vez y lo convertí en energía pura otra vez.
Yo ya vine, estuve con vosotros y compartí el momento en un cuerpo y estuve y les hice saber que dentro de este mundo hay otro Mundo que es el propio de vosotros, es lo que tú eres y que son el poder, pero vosotros no se dan cuenta.
A eso vengo hoy en estos tiempos a seguirles liberando, a seguirles haciendo conscientes, a rescatarles dentro de los escombros y hacerles comprender que vosotros son la vida, que puedes hacer todo solamente venciéndote a ti mismo.
Hermanos míos, vuestra misión siempre es cambiarlo, cambiar el no puedo en yo puedo, cambiar el no hay en la abundancia, sí, mis queridos hermanos. ¿No es eso lo que Yo os vine a enseñar? ¿No es eso lo que aparece en los libros?
Benditos sean, hermanos, porque tienes esa sabiduría que te hace fuerte si la tomas, porque es la medicina perfecta para tu SER, es la medicina perfecta. ¡Pero ay si no la tomas! siempre estarás enfermos, siempre batallarás, ¡ay de vosotros, hermanos!
Búsquense más y más, escudríñense más a fondo y sepan que vosotros eres el deudor y que tienes que cambiar las cosas para ser libres y sean libres, hermanos. ¿O has pensado que otro vendrá a liberarte? ¿Otros vendrán a liberarte? No, eres tú, eres tú mismo quien debes conocerte a ti mismo, saber que eres Dios y que no necesitas de nada, solo de ti mismo.
Maestro, hoy nuevamente nos recordaste que tú integraste y desintegraste tu cuerpo. ¿Podrías detallarnos qué pasó en ti después de que el corazón dejó de latir y de respirar el cuerpo y lo llevaron al sepulcro?
En verdad, en Mí no pasó nada, lo único que Yo hice, hermanos míos, fue convertir otra vez, hacer tangible, volver integrar la energía que Yo había hecho visible, la vuelvo a desintegrar y hacerla totalmente en Mí.
El texto completo de esta cátedra Crística lo encontrarás en: Menú-Descargas [20161016] de la página web: www.laverdadquelibera.mex.tl
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